El ejercicio profesional del procurador exige un conocimiento especializado de las leyes procesales al desarrollarse nuestro quehacer dentro del marco del proceso. Siendo otra intervención fundamental en la fase ejecutiva o cautelar la de garantizar el derecho de crédito del cliente a través de las anotaciones de demandas, embargos y resoluciones judiciales en los Registros de la Propiedad y Mercantiles, es preciso un conocimiento avanzado de las leyes y reglamentos hipotecarios que informan la mecánica registral.
Sin embargo, el conocimiento legal ha de ser necesariamente complementado con un conocimiento profundo de la realidad de los juzgados y oficinas judiciales en los que ha de desarrollarse la labor de representación, de los criterios de los titulares del órgano judicial y, en definitiva, del “usus fori” que faciliten al abogado el planteamiento, desarrollo y culminación exitosa del pleito.